El diputado Aristide Briand hace votar la ley de separación de la Iglesia y el Estado el 9 de diciembre de 1905. Pone fin al Concordato napoléonien de 1801 que regula las relaciones entre el Gobierno francés y la Iglesia Católica. Esta ley sienta el principio de la libertad de religión y culto de las personas y las comunidades garantizado por el Estado. Es el pilar de las instituciones laicas. Extracto de los principales artículos:

Artículo 1 - la República garantiza la libertad de conciencia. Garantiza el libre ejercicio de los cultos bajo las únicas restricciones decretadas a continuación en interés del orden público.

Artículo 2 - la República no reconoce, no asalaria ni subvenciona ningún culto. En consecuencia, a partir del de 1 de enero que seguirá la promulgación de la presente ley, se suprimirán de los presupuestos del Estado, los departamentos y los municipios, todos gastos relativos al ejercicio de los cultos.

Artículo 12 - los edificios que se puso a disposición de la nación y que, en virtud de la ley de 18 germinal año X, sirven al ejercicio público de los cultos o al alojamiento de sus Ministros (catedrales, iglesias, capillas, sinagogas, arzobispos, évêchés, presbytères, seminarios), así como su descendencia inmobiliaria, y los objetos mobiliarios que los surtían en el momento en que dichos edificios se volvieron a poner a los cultos, son y permanecen propiedades del Estado, los departamentos, los municipios y establecimientos públicos de cooperación intercomunal que tomaba la competencia en cuanto a edificios de los cultos. Para estos edificios, como para los posteriores a la ley de 18 germinal año X, cuyo Estado, departamentos y los municipios serían proprietarios, incluidas las facultades de teología protestante, él se procederá de acuerdo con las disposiciones de los artículos siguientes.

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